domingo, 6 de septiembre de 2009

Charla íntima con Foucault


Foucault y su “La verdad de las formas jurídicas”. Leí el texto no una ni dos veces, lo leí reiteradas veces para poder entender cual era la idea de Foucault. Lo leí hasta cansarme. Las hojas están todas marcadas y arrugadas – Característico “Langeataque” de “NO TE ENTIENDO MAESTRO”-. Había tenido demasiado ya por un día: Levi-Strauss y Foucault.
Ay, Michel, Michel, mon Michel... ¿Qué querés que te diga? Somos dos tercos, con la diferencia que vos con tu postura llegaste demasiado lejos y yo…no.
Leer “La verdad…” fue, podría decirse, comparable con un momento de intimidad entre dos amantes que se entregan y se descubren por primera vez. Antes que nada tuve que acercarme, tarea bastante complicada por la frialdad de tu temperamento. Tenía miedo a lo desconocido, sí, o ansiedad tal vez. El primer contacto entre ambos –poder entender una sola idea de TODO el texto- fue estremecedor (SOY DIOS, ¡SOY DIOS!). Luego procedí a desvestir tu mente, tu alma. Una vez, contemplando tu desnuda silueta ante mis ojos –las ideas principales del texto subrayado con resaltador kitschig naranja- hubo un momento de tensión. Foucault ven a mí –AH BUENO-. Una vez que el acercamiento se produjo, nos volvimos uno. Fue un momento de iluminación que derivó en la excitación absoluta porque finalmente TE ENTENDI FOUCAULT, TE ENTENDI.
Mirá que sos chamuyero, eh. Me engatusaste con tus palabras y con tu discurso refinado, digno de un francés comment toi.
Ya te saqué la ficha Foucault, con Lucianne no podés jugar. Entendí tu punto.
Tu tema de estudio, lo que te llevó a escribir este texto cascarrabias es, ni más ni menos, saber como se forma un dominio de saber a partir de ciertas prácticas sociales. Bien, pero… ¿Qué es un dominio de saber?, ¿Qué son las prácticas sociales?
El dominio de saber no es más que la ciencia misma y las formas sociales son las formas, las maneras que nosotros –insertos en una sociedad determinada y preestablecida- adoptamos. Un ejemplo puede ser aquel dado por el profesor en clase de los indios guaraníes. Un indio pasa por al lado de una muchacha y la choca, como llevándosela por delante. La muchacha repite la acción y se echa a correr. Él la sigue y la agarra. Ambos caen al pasto sin importar si hay alguien más dando vueltas por él mismo sector. Los niños están jugando allí –y también riendo- mientras ambos copulan ante la presencia de otras personas.
Yo me pregunto, ¿En qué mente occidental cabe esta idea? ¿A que tipo de hombre occidental se le ocurriría seducir a una mujer llevándosela por delante?... Si señor profesor, mi aquí no es tu allí y tu allí no es mi aquí, relativismo cultural. Eso es entonces la práctica social.
La suma de la práctica social y el dominio del saber tienen como resultado la práctica jurídica.
El fin de la práctica jurídica es intentar encontrar la verdad. Y vos, Foucault, identificaste dos maneras de encontrar la vérité. Una de esas formas es la Indagatoria. Esta se dio más que nada en la Edad Media, específicamente en la época de la Inquisición. Voy a explicar en que se basaba mediante el siguiente ejemplo: A una mujer se la acusaba de bruja. Se la lleva ante un tribunal y se la ata. Las autoridades eclesiásticas comienzan a indagar. La mujer confiesa. Cómo si tenerla atada y acusarla de bruja nefasta no fuese suficiente, las autoridades acuden a la violencia. Si la “bruja” se aguanta la agonía y decide no confesar, entonces no siente dolor alguno y por lo tanto es hereje. Si la bruja chilla desconsolada y desgarradamente, parece poseída y por lo tanto es hereje. En fin, el que no salta es hereje (en honor a los cánticos con reminiscencia a los partidos de fútbol argentino –el que no salta es un inglés-).
El método para llegar a la verdad fue variando con el correr del tiempo. Un hecho destacado que terminó por asentar y establecer una nueva forma de estudio fue, sin duda alguna, la aparición del capitalismo. El Examen –como se denominó al nuevo método- se pone en práctica en los siglos XIX-XX. Se da en una sociedad completamente diferente a la de la Edad Media –ni hace falta que lo diga- y mucho más compleja, con otras estructuras, con otro sistema. El Examen como método para encontrar la verdad surge como intento de no perder el orden reinante.
Lange hace gol.
También nombraste a Nietzsche, mi querido Michel. Y no solo nombraste a Nietzsche, sino que defendiste su teoría y desataste un debate caótico en mi clase de antropología.
Federico dice en 1873:

“En algún punto perdido del universo, cuyo resplandor se extiende a innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que unos animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue aquél el instante más mentiroso y arrogante de la historia universal”.

En este texto, obviamente en alemán, se lee con frecuencia el término “Erfindung”, es decir, invención. Para Nietzsche, los animales inteligentes inventaron el conocimiento, es decir, el conocimiento fue inventado, no tuvo un origen. Invención y origen (Ursprung) son dos palabras que Nietzsche diferencia de forma remarcada. Erfindung versus Ursprung, Nietzsche versus Schopenhauer.
Federico criticaba constantemente a Arthur por la teoría que este último tenía de la religión (Para más información léase La Gaya Ciencia). Para Arthur, la religión tuvo un Ursprung y vivió para encontrarlo –algo que nunca paso-. Para Federico, la religión –al igual que la poesía y el ideal- era una Erfindung. Nunca hubo un origen de estas cosas antes mencionadas, sino que los hombres –aquellos animales inteligentes- lo inventaron todo.
En mi humilde opinión, los hombres necesitan explicar aquellos actos que realizan, aquellas prácticas sociales que los identifica y es por esto que aparece la Erfindung nietzscheana.
Luego de esta mediocre explicación de la Nietzsche-Theorie del “origen” –deberíamos decir invención en este caso- del conocimiento, deseo, Monsieur Foucault, incursionar en otro tema complejo relacionado con el anterior, aquel que desató la tercera guerra mundial en el aula de la facultad.
Se dio una discusión un tanto agresiva entre el profesor, un alumno de edad ya avanzada y yo. El resto opinaba. ¡Ay Michel! ¡El profesor y yo lo defendíamos a muerte! Es increíble como a medida que uno va creciendo y el cuerpo se va poniendo viejo, el corazón se torna duro como una piedra y la mente se encuentra encasillada en las ideas propias y nada ni nadie logra despegarla de la posición en la que se encuentra.
El profesor planteó que todo el mundo tiene una concepción errónea de lo que es el amor. Planteó entonces una duda y te lo planteo de una forma muy simple y periodística Foucault: Amor: ¿Erfindung oder Ursprung?
Upa. Recuerdo haberme adentrado mucho en mis pensamientos, como es típico en mí. Pasaron 5 minutos. Escuchaba las diferentes opiniones y nadie lograba entender lo que mi profesor decía. “El amor es Erfindung”. ¡REVOLUCIÓN! ¡REVOLUCION EN EL AULA 5-3! ¿COMO IBA A SER EL AMOR UN INVENTO? ¡MUERTE A NIETZSCHE! –Por ende muerte para usted también Monsieur Foucault-.
El compañero que nombre antes dijo que él, bajo ningún concepto, iba a aceptar que dijeran que el amor no era más que un invento del hombre. “¿Entonces el sentimiento de correspondencia? ¿Qué es entonces ese sentimiento desesperado que sentimos –valga la redundancia- al ver a esa persona que nos vuelve locos y nos hace perder la cabeza?”. No sé. Dudaba Michel, te juro que dudaba. Otra persona dijo: “Esta comprobado científicamente que el amor son reacciones químicas”. El profesor dijo: “El amor es un invento, lo relevante es la reproducción humana”. Otro dijo: Son instintos humanos. El compañero flower power –seguro fue hippie en la década de los ’60- dijo: “No. El amor es un sentimiento propio de la raza humana, todos amamos a alguien. ¿Por qué podemos amar a alguien por el resto de nuestras vidas?”
¡AH! ¡NO SE! ¡NO SE! A ver… ¿El amor que es? No sé.
Si son solo reacciones químicas no tiene un origen…el amor no surgió nunca, es decir no hubo un hecho que haya creado el amor, no hubo un Big Bang que derivó en el amor. Siempre existió, pero antes no era amor. Antes era la reproducción el fin único.
Pensemos en muchos siglos atrás. ¡LOS CASAMIENTOS ERAN ARREGLADOS! ¡HAY INTERESES ECONOMICOS DE POR MEDIO! ¡QUE BLASFEMIA, LA UNION DE DOS PERSONAS ANTE LOS OJOS DE DIOS POR DINERO!
Otro tema: Casamiento. CASAMIENTO. Está todo bien con el casamiento, pero eso es una manera de manifestar lo que sea que es el amor. Antes la gente tenía hijos y listo. Los indios se reproducían y listo. Nada de casamiento. El casamiento en una iglesia, por medio de un cura, con vestidos blancos y todas esas cosas propias de estos shows –por los cuales se paga hoy en día- ES PURO INVENTO HUMANO.
Si analizamos estas cosas fríamente, si logramos abstraernos un poco de nuestro propio mundo, si logramos alejarnos de esas ideas tan implantadas que tenemos en nuestro cerebro y en nuestra sociedad, tal vez logremos entender a Nietzsche, y por supuesto a usted también Foucault.
Este es un tema político. Es muy delicado decir que el amor es solamente un invento humano, una Erfindung. Pero si se lo piensa puede que Nietzsche tenga razón.
Puede también que nosotros hayamos inventado el “amor” y que lo manifestemos mediante ese coqueteo que tenemos para con el otro, con esa forma de cortejar a ese otro.
Piense en algo. La naturaleza. La naturaleza funciona así porque funciona así. Mucha gente habla de que la naturaleza tiene una serie de “jerarquías”. Ejemplo: La cadena alimenticia. La naturaleza nunca dijo “voy a crear una cadena alimenticia”, tan solo ocurre así porque ocurre así. Entonces es el hombre el que inventa esa jerarquía para poder explicar y entender el mundo que lo rodea, cosa que es NORMAL. Pero si el hombre asigna categorías, estructuras y jerarquías, entonces estamos hablando de una Erfindung.
Obviamente aquel que lea esto puede estar de acuerdo como no. Ni si quiera yo misma se si el amor es un Erfindung o un Ursprung.
Simplemente opino, Foucault, que Nietzsche tenía razón. No se puede explicar el Ursprung de casi nada, entonces, estos animales inteligentes acudimos siempre a la Erfindung, a la invención de las palabras y los discursos de aquellas formas jurídicas para entender finalmente quienes somos, es decir, para llegar a la verdad del conocimiento.
Señor Foucault. Debo admitirle que por un momento lo he detestado y me ha puesto nerviosa y lo he insultado por haber tenido que quedarme horas sentada en el mismo lugar, tratando de entender sus palabras, pero finalmente debo admitir que le estoy sumamente agradecida por haber logrado que yo haya llegado a tal punto de abstracción, del cual usted ha sido testigo.
Por C. Lange

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